Túnel

Atrapada en un túnel, aparentemente sin salida.

Gira. Derecha. Ahora izquierda. Sigue recto. Vuelve a girar a la derecha... 

Parece no tener principio ni fin. 

Los pensamientos van y vienen, no tenemos hambre, no dormimos. Es como si nuestra vida dependiera únicamente de salir de ahí.

Dar vueltas en el túnel no significa estar perdida sino tratar de encontrar la salida. Cuando nos sumergimos en lo más profundo y misterioso del mismo es cuando podemos poneros a prueba.

¿Duele?

Sí.

¿Sentimos agonía?

Sí.

¿Lloramos?

Por supuesto.

Pero a veces, y solamente a veces, es la manera de conocer lo que realmente tenemos dentro de nosotras mismas. 

Las personas somos así. Muchas veces sentimos la necesidad de permanecer en el borde del abismo para saber si queremos saltar o no.

Y, tarde o temprano encontramos la salida. Ese soplo de aire. La luz que se intuye a lo lejos. Y es entonces, es cuando volvemos a ser felices.

Siempre?

LdC*