domingo, 17 de julio de 2016

Ella


Se sentía sola.

Le daba la sensación de que todo y todos a su alrededor obviaban su existencia. Creía que sus sentimientos le eran arrancados, que todo lo que brotaba de sus labios era escuchado en vano, que sus palabras se pronunciaban en balde.

Olvidó vivir por y para ella. Y es que siempre le encantó ayudar a los demás. En realidad se sentía viva al hacerlo. Lo hizo hasta tan punto que se olvidó de su propia vida.

Cuando, un día, sintió la sangre correr por sus venas, cuando el cosquilleo acariciaba su cuerpo, le invadió la culpabilidad.

Siempre se repetía a sí misma, "¿por qué sentirse culpable por algo que deseo?".

Pero ella siempre pensaba en la moral, en el bien y el mal. Su conciencia no era capaz de perdonarle.

Vive torturándose. Viviendo una vida que no sabe si es la que desea. Sabe que debería dejarse llevar, ser capaz de descubrir todo lo que puede florecer de su interior sin miedo, sin barreras.

Algún día tratará de caminar de la mano de alguien para siempre y sin dudas. Aunque ese alguien no esté ahí para ella.

Algún día...








Siempre...






LdC*

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