sábado, 23 de julio de 2016



Se enamoraron.

Aquellas noches  interminables prometían quedarse para siempre en sus pieles; el surco que dejaron fue tan grande que resultó imposible que no quedara marca.

Cada vez que sentían la presencia del otro se estremecían como si una pluma estuviera rozando cada parte de sus cuerpos.

Una sola palabra lograba que olvidaran el mundo que giraba en torno a cada uno de ellos. Podían sumergirse el uno en el otro incluso a kilómetros de distancia, porque cuando estaban "juntos" no tenían necesidad de nada más.

No sabían deshacerse el uno del otro. No querían. 

Sus hilos siempre estarían unidos. 

Sus vidas, también.





Siempre...





LdC*

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